Esta mañana invernal has programado una bonita marcha por los Pirineos. Está nevando levemente, pero aún así, decides salir (esto tiene su encanto ¿no?). Coges tu mochila, tu GPS e inicias la ruta siguiendo un sendero marcado… Durante el paseo, los pequeños copos de nieve se hacen cada vez más pesados y caen cada vez más deprisa, el viento comienza a soplar más fuerte, y pronto las huellas que dejas en la nieve comienzan a taparse casi en el mismo momento en el que pisas…
Antes de que te hayas dado cuenta, estás en medio de una tormenta de nieve, ¿y de las buenas! Y ahora, ¿qué haces?
¡Pánico en la tormenta de nieve!
Visto en revistaoxigeno.es
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